DECALOGOS Y CONSEJOS


DESCUBRIENDO A FORRESTER


 
Hoy no les dejare ninguna entrevista ni ningun decalogo, mi recomendación es una película en la cual su protagonista, un chico de color, de 16 años, del Bronx, aspirante a escritor  (Jamal Wallace) se topa de una manera curiosa con una leyenda de la literatura (William Forrester) ya retirado,  quien  decide apoyarlo en  su vocación de escritor. Película muy recomendada para aquellos que se inician en la escritura. Espero les guste.


ENTREVISTA A JULIO CORTÁZAR (De la revista “Escribir y publicar”)

Julio Cortázar está entre nosotros, a pesar de que en febrero del '84 bajó con dificultad, y por última vez, la escalera de su casa. Lo convocamos desde el festín literario que sus textos siguen brindándonos.

Cortázar habla -hablaba- de manera pausada, con serena fluidez, con la palabra ingeniosa e inteligente; escribía  -tecleaba- directamente en su Olivetti con destellante arrebato uno de sus juegos: elegir al azar  una estación de  metro con los ojos cerrados y el índice señalando el plano, ir hacia allí, salir a la superficie, recorrer la zona y tomar
 apuntes inmediatamente. Eso sucedía por los años '50, cuando llegó de Buenos Aires a París, vivía en  el número 56 de la rue d'alessia.


Argentino y francés, revolucionario provocador de la palabra, para julio Cortázar la escritura es un intento de tender puentes entre los lenguajes, de comunicarlos de forma subterránea. Muchos de sus cuentos provienen de sus sueños rememorados. Desde los intersticios de su escritura, obra vastísima y proteica, instaura la duda inteligente.

La cuentística es la producción vertebral de Julio Cortázar, perfecta como una esfera. En otro tipo de narraciones, abiertas, lúdicas, humorísticas, transgresivas, como Último round o La vuelta al día en ochenta mundos, nos transmite su multiplicidad e irrumpe trastocando nuestros esquemas.


Aclara que escribió Historia de cronopios y de famas en poco tiempo, a partir de una visión
súbita: "Una noche, escuchando un concierto, tuve bruscamente la visión de unos personajes que se llamarían cronopios. Eran tan extravagantes que no alcanzaba a verlos claramente; como una especie de microbios flotando en el aire, unos globos verdes que poco a poco iban tomando características humanas".


La primera parte, el "Manual de instrucciones', contiene el germen de Rayuela, novela susceptible de un número ilimitado de lecturas que requiere la participación activa del lector.
Condensa la actitud contra lo que él llama la Gran Costumbre: "Curioso que la gente crea que tender una cama es exactamente lo mismo que tender una cama, que dar la mano es siempre lo mismo que dar la mano, que abrir una lata de sardinas es abrir al infinito una lata de sardinas. Pero si todo es excepcional...'; ".- en realidad las cosas verdaderamente difíciles son otras tan distintas, todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento. Mirar, por ejemplo, o comprender a un perro o un gato". La penúltima parte, "Material plástico" trata de lo milagroso: un espejo que adelanta o atrasa, y es un antecedente de Bestiario, de toda la fauna de Cortázar y la literatura fantástica.


 

¿Qué es escribir?

Una actividad lúdica, en el sentido que yo le doy al juego; una actividad erótica, una forma de amor. Siempre me he sentido un poco médium cuando escribo cuentos; veo nacer las frases con cierta independencia de mis decisiones, como si me las estuvieran dictando. En la mayoría de las veces, no conozco el final. No sé qué va a pasar en el cuento y creo que si lo supiera, eso lo mataría en mí. Sería una simple construcción literaria:
principio, medio y fin; se trataría solamente de escribirlos bien. 
 

¿Cómo empezó a escribir?

Con un estilo amanerado y barroco. Creo que me sucedía lo que a muchos escritores jóvenes. Por pura timidez creía que si empleaba un lenguaje sencillo la gente sospecharía que no sabía escribir y así me sentía obligado a demostrar que conocía innumerables palabras raras y que era capaz de combinarlas de manera sorprendente.
 
¿En qué sentido equipara literatura y juego?

Hubo grandes escritores que no recurrieron a lo lúdico y que hicieron una obra extraordinaria ajustándose a otros parámetros. Lo que digo, lo digo por mí. Desde que empecé a escribir, la presencia del humor y del juego fue constante en mis textos. Esto parece sin duda paradójico, puesto que mis cuentos no son alegres. Más bien son dramáticos o trágicos. Se ocupan más de la noche que del día.
 
¿Y usted en la práctica juega?

Hay un viejo juego que sigo practicando con resultados que me asombran, es lo que alguien
llamó la "poetomancia". Consiste en tomar un libro de poemas al azar, cerrar los ojos, abrirlos, simultáneamente poner el dedo en un verso y leer ese verso. Es impresionante la cantidad de veces que el verso en que caigo me ilumina un futuro inmediato o me aclara un pasado o me muestra mi presente.

Pero en La vuelta al día en ochenta mundos, usted afirma: "Esta especie de constancia lúdica explica, sí no justifica, mucho de lo que he escrito o he vivido. A todo lo largo de esta dialéctica mágica, un hombre-niño lucha para anotarse el último tanto en el juego de su vida". En este caso es un juego con el destino, tal vez...

Si, por supuesto. Cuando hablo de juego, no es en el sentido ordinario del término: tomar una pelota y jugar en el patio, como los chicos. Y no obstante, aun en ese caso, los chicos juegan en serio... Los adultos no se dan cuenta de la importancia que el juego tiene para los chicos. Me acuerdo que siendo chico me escandalizaba cuando, en
mitad de un juego con mis amigos, llegaba mi madre o mi tía para decirme: "Es la hora de tu baño, deja de jugar". Yo encontraba que eso era ridículo y estúpido, porque para mí darme un baño era trivial, lo importante era el juego porque era un ritual, una ceremonia. La literatura es, en ese sentido, mi campo de juego. Juego al escribir,
pero juego en serio. Y tal vez sea un juego mortal.

 No se llega a la felicidad ni a la liberación asemejando al hombre al panal de abejas o al hormiguero; estos insectos hacen su vida con perfecta eficacia, pero falta allí todo lo que nos hace hombres, lo que nos da alegría de vivir. Incluso una revolución que no tomara en cuenta la necesidad de juego, de expansión mental, sentimental,
psicológica, es una revolución que, a mí entender, está condenada a esclerosarse, a volverse burocrática, a reducir todo a fichas y expedientes.

¿Y cómo se produce un cuento?

Es como andar en bicicleta, mientras se mantiene la velocidad el equilibrio es muy fácil, pero si se empieza a perder velocidad, ahí está el peligro, te puedes caer. Y un cuento que pierde esa velocidad, esa tensión al final, es un golpe para el autor y para el lector.
 

Suele recurrir a los ámbitos cerrados. Los autonautas de la cosmopista transcurre en un lugar cerrado, la autopista; Los reyes, en un laberinto; Los premios, en un crucero; muchos de sus cuentos, como Casa tomada, en una casa amenazada de invasión...

Siempre estuve obsesionado por la noción de los espacios cerrados que se convierten en lugares de
paso. Es gracias a esos lugares de paso que podemos irrumpir en un mundo fantástico. Para llegar
a él, a menudo ha sido necesario disponer de un puente, un vagón de tren subterráneo, un ómnibus, un automóvil, otros tantos espacios cerrados que faciliten -por razones inexplicables- la comunicación con lo que yo llamo lo fantástico.

¿Lee sus textos en VOZ alta?

Sí, claro. Muy a menudo. Es en ese momento cuanndo me doy cuenta de los defectos de ritmo.Ese sentido  musical  que tengo del lenguaje me ayuda también a definirlo.

¿Cómo decide el título?

Si es un conjunto de cuentos, el título tiene que resumir la atmósfera general del libro, todos los cuentos tienen que responder al título, y prefiero que la síntesis sea también el título de uno de los cuentos.

¿Corrige mucho?

Cuando corrijo, una vez en cien arreglo algo, completo una frase que me parece insuficiente o agrego una frase porque veo que falta un puente. Las otras noventa y nueve veces corregir consiste en suprimir. Cualquiera que vea un borrador mío puede comprobarlo: muy pocos agregados y enormes supresiones. Porque al escribir como escribo yo, rápido y dejándome llevar, hay una tendencia a la repetición inútil, se escapan cosas. Hay que
eliminarías implacablemente. Es así como se llega -a tener eso que llaman un estilo. Para mi, el estilo -es una cierta tensión y esa tensión nace de que la  escritura contiene exclusivamente lo necesario.
 La mala literatura está llena de cosas que sobran , que cuelgan, como flequitos. Es literatura con flecos.

¿Y la buena?
En todo gran estilo el lenguaje cesa de ser un vehículo 'para la expresión de ideas y sentimientos y accede a ese estado límite en que ya no cuenta como mero lenguaje, porque todo él es presencia de lo expresado... La narrativa no es un pretexto para la transmisión de un mensaje. No hay mensaje, hay mensajeros; así como el amor es el que ama





DIEZ CONSEJOS PRÁCTICOS
 

Por Ricard de la Casa 

¿Siente usted la necesidad de escribir? ¿De volcar fuera todo aquello que tiene dentro? Aquí tiene unos cuantos consejos que podrán, sin duda, ayudarle. 

1. Escribir, escribir y escribir

Uno puede estudiar todo lo que quiera, asistir a tantos Workshops como desee, pero no hay mejor ejercicio para progresar que escribir. Nada puede sustituirlo. Sólo escribiendo podrá analizar sus virtudes y errores, sólo así podrá desentrañar su estilo, sólo así aflorará lo mejor de usted. 

2. Temas (El concepto de la página vacía)
Enfrentarse a una página en blanco es un error, deberíamos tener ideas a punto de desarrollar.
Aunque escribir es también costumbre y método, es bueno que nuestra mente este siempre en movimiento, creando mientras caminamos, comemos, es decir mientras vivimos debemos engendrar en nuestro interior para después volcarlo al exterior. Para ello...
- Observe el mundo, todo es interesante, todo tiene una belleza intrínseca. Sólo debemos acostumbrarnos a tener una mente que lo capte.
- Todo lo cotidiano que nos rodea es susceptible de ser tomado por nosotros. Las personas, las situaciones, las palabras, los colores.
- Y finalmente recuerde que no hay condiciones. Ser escritor significa ser libre y por lo tanto puede investigar, elucubrar, probar tanto como quiera, nuestro único límite es nuestra mente.
 

3. Luchar contra el yo interior que no desea escribir.
No se martirice pensando que usted es el único al que le cuesta escribir. A todos (o a casi todos) nos cuesta. Para ello nada mejor que...
-Sistematizar el trabajo, es la mejor manera de avanzar en todos nuestros proyectos creativos.
Así se acostumbrará a unas rutinas que le ayudarán a escribir como quien conduce, casi sin pensar estará escribiendo en su ordenador.
- Quedar con amigos para leer lo escrito. Es una manera de que exista una obligación y eso le ayudará a plantearse más seriamente la necesidad de escribir.
- Premiarse a si mismo después de escribir. Es una manera magnífica de hacer las cosas. Escoja algo que le guste especialmente. 

4. Olvidarse de revisar constantemente
Ya tendrá tiempo para eso. Revisar es interrumpir el proceso creativo. No se ponga a revisar sin más. Sólo hágalo cuando haya concluido el capítulo o escena (y ni eso, si siente que todo bulle en su cabeza, no abandone por nada ni por nadie), o también cuando va a iniciar una nueva sesión. En ese caso revisar las páginas anteriores puede ayudarle a preparar su cuerpo y su mente para una nueva sesión, justo colocarle con el ánimo adecuado para proseguir la narración. Abandone simplemente la revisión en cuanto sienta de forma incontenible que la mente se le dispara y los dedos buscan el teclado con fruición. Esa es una sensación maravillosa. 

5. Construir el edificio por partes.
No quiera empezar la obra sin más. Toda gran obra tiene detrás un trabajo importante, gestando los personajes, ligando tramas, preparando conflictos. Estudie primero las escenas necesarias para desarrollar el argumento general. Algunos escritores parecen que simplemente se sientan y empiezan a escribir, en realidad tienen detrás mucha experiencia, tienen todo pensado en su cabeza y sólo deben pasarlo a papel (y desarrollarlo por supuesto). Lo mejor es preparar las escenas necesarias (lo que ocurre en cada una de ellas), tener definidos los personajes y los conflictos, es decir tener la estructura del edificio, sólo entonces podemos empezar realmente a escribir nuestra historia. 

6. No creernos que somos unos genios ni unos desastres. Aunque también los hay, eso no va, desde luego, con nosotros, así que podemos y debemos trabajar para conseguir aquello que queremos. Necesitamos un poco de paciencia, perseverancia, un poco de gusto, pero todo eso lo podemos adquirir. Sólo hay una cosa que no la podemos substituir, pero eso ya lo tiene, sino no estaría leyendo esto: ganas de escribir. 

7. No utilizar la escritura para ser más interesantes a los ojos de la gente.
La gente utiliza todo tipo de artimañas para llamar la atención de los demás, para sentirse importante. Usted es libre de utilizar este método para ello, pero hay otros mucho más sencillos y tan buenos como este, menos costosos y retorcidos. Pero si lo hace por eso y luego resulta que usted es un gran escritor ¡bienvenido sea! 

8. Detalles reales, nunca personajes reales Parece una contradicción y lo es. Pero existe una respuesta. Los detalles no tienen personalidad propia, no tienen vida, en cambio las personas si, y pueden variar, alejándolo de su personaje y usted se encontrará en un dilema, o puede no tenerlo a mano cuando lo necesite o le interese.
Es más sencillo tomar detalles de aquí y de allí y construir sus propios personajes. Le garantizo que en pocas páginas cobrarán vida propia en su mente y estarán tan vivos como los que deambulan a su alrededor y todo eso con una enorme ventaja: ¡No le demandarán en los tribunales por utilizar su imagen! 

9. No decir que un personaje esta triste ¡Muéstrelo!
Hay que dar alas a los lectores para que sean ellos los que imaginen que está ocurriendo. Esa es una regla básica, nunca diga que emociones tienen los personajes, muéstrelos a través del diálogo, de los gestos, de su comportamiento. Lo otro sería empobrecer el texto, acotar la imaginación del lector.

10. Haga que las obsesiones trabajen para usted.
Todos tenemos problemas, todos tenemos obsesiones, manías. Una buena manera de trabajar es conseguir que todo esto trabaje a nuestro favor y no al contrario. Sepa sacar partido de todo aquello que le afecta y vuélquelo en forma de experiencia a su obra. Seguro que la enriquecerá. 

11. No escribir la Opera Prima de nuestra vida en primer lugar.
¿Dije 10 consejos? Aquí aplico el segundo consejo. Me salto a la torera la necesidad de acabar en el punto anterior sí creo que vale la pena hacerlo ¿tengo razón? Usted me lo dirá. Nunca debería de enfrentarse al papel (es una posición incómoda), sino tomarlo como un amigo en el que se vuelcan las confidencias, pero sobre todo no debe tomarse como si uno fuera a escribir la octava maravilla del mundo. Todo llegará y ya habrá tiempo para enfrentarse a esa obsesión, aplique el consejo 10 y deje que de momento eso le enriquezca y no se plantee nada muy largo, ni muy grande, ni muy importante. Sólo después de que haya acabado, la haya revisado valórela en su justa medida. 

12. Mantenerse en forma.
Alimente su espíritu. Dele de comer (como a su estómago). Véase son los amigos y charle de sus obras y de las de ellos, asista a tertulias, acuda a congresos, conferencias, reuniones. En definitiva enriquézcase como una forma más de mantener y acrecentar una mente despierta y creativa. No deje que el mundo le venza. Y sobre todo escriba, escriba y escriba.
 

 
Ricard de la Casa es autor de ciencia ficción y ha publicado los libros Sota presió y Mes enllá de
La equació QWR. Ha ganado el Premio Julio Verne y el Premio Domingo Santos. Además, es coeditor de BEM. 

¿Qué tal  estos consejos? Para escritores principiantes me parece que van muy bien, yo casi todos los he puesto en práctica.
Espero que a ustedes también les sirva.

Un fuerte abrazo.

4 comentarios:

  1. Esta es la primera vez que entro a este blog y aunque tengo 14 años me gusta mucho escribir, mi gran problema es que he comenzado muchas historias y cuando me bloqueo comienzo una nueva. Ahora con estos consejos tengo mucha mas confianza para atreberme a seguirlos, muchas gracias el blog es genial.
    Agustina

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  2. Gracias por publicar estos consejos, la verdad he leído muchos, pero ninguno tan directo y sincero como éste. Yo también tengo ganas de escribir, todos los días, crear mundos diferentes para que las demás personas que lo lean puedan verlos a través de los ojos de mis personajes.
    Muchas gracias por el post :B Me ha ayudado al igual que los demás que he leído.

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  3. Hola, muy interesante tu blog. Estoy intentando escribir un libro de ciencia ficcion. Trato de relacionar la geologia y la teologia dos areas en apariencia contrarias, pero la verdad es que se complementan. Todo a partir de mi experiencia personal. A partir de ellas desenmascaro creencias muy profundas que son erradas y por las cuales estamos llegando a un triste y tragico final. Sabes quien maneja estos temas y me pueda ayudar? crees que son temas que leeria la gente? Te agradeceria bastante. Arturo - Bogota.

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  4. Hay una buena tanda de decálogos para escritores, recogida en una página que se especializó en ellos. Vale la pena, está bien organizada y la selección es exhaustiva: http://decalogosliterarios.blogspot.com/
    Elvira Segundo Pérez

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